La digitalización y el poder estar conectado 24 horas diarias, los 7 días de la semana, han hecho que la línea entre la jornada laboral y el tiempo personal se desdibuje. Sobre todo para aquellos que trabajan en temas digitales, que teletrabajan o que, habitualmente, usan herramientas digitales. Para asegurar que los trabajadores desconectan realmente del trabajo una vez finaliza su jornada laboral, las empresas deben crear un protocolo de desconexión digital.


PROTOCOLO DE DESCONEXIÓN DIGITAL


Ahora llega la pregunta del millón: ¿qué es un protocolo de desconexión digital? Algunos habréis escuchado el término alguna vez y, a otros, os pillará de nuevas pero un protocolo de desconexión digital no es más que un documento en el que se recogen la política interna y las medidas tomadas por la empresa para garantizar el derecho a la desconexión digital de todos sus empleados (presenciales, a distancia, a jornada completa, a jornada parcial, incluidos directivos).


El protocolo de desconexión digital, hoy en día, es una obligación más dentro del cumplimiento normativo laboral que la empresa debe contemplar. De no hacerlo, puede acarrearle sanciones por la Inspección de Trabajo, cuya cuantía va de los 750 euros a los 225.018 euros.


LA DESCONEXIÓN ES UN DERECHO


Este derecho a la desconexión digital supone que fuera del horario laboral, los empleados no tienen la obligación de atender ningún tipo de comunicación de la empresa, tanto de sus superiores como de sus compañeros o de clientes. Es más, incluso pueden desconectar los dispositivos electrónicos facilitados por la empresa durante sus periodos de descanso, permisos y vacaciones.


Todas las empresas están obligadas a tener, e implementar, el protocolo de desconexión digital, con independencia de su tamaño y área de actividad (aunque ambos aspectos deben ser tenidos en cuenta a la hora de elaborarlo).


Eso sí, que la empresa tenga un protocolo de desconexión digital, no implica que los empleados estén obligados a cumplirlo, aunque sí se les debe informar del mismo y concienciarles sobre la importancia de desconectar del trabajo durante sus periodos de descanso y un uso razonable de las tecnologías.


Por lo tanto, un trabajador puede enviar correos electrónicos a la empresa fuera de su horario laboral sobre algún tema relacionado con su trabajo, pero debe asumir que estos correos no serán contestados hasta el día hábil posterior (es decir, que si lo envía un viernes por la noche y en la empresa no se trabaja los sábados, no debería esperar respuesta hasta el lunes siguiente).


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